A todo vapor preparativos

para implantación de

criptodólar federal

Tiene resistencia de sectores conservadores

Por: José Santiago Gabrielini

Periodista

miércoles 11 de enero de 2023

Tras la orden ejecutiva del presidente Joe Biden en marzo del pasado año, poniendo en marcha el estudio e iniciativas del cuerpo financiero gubernamental de la nación más poderosa del mundo para la creación e implementación del dolar digital como eje central de una nueva economía, el concepto luce cada día más inevitable, no empece a una fuerte oposición dentro de los propios sectores financieros más conservadores.
En esa ruta, marca un antes y un después el lanzamiento del “Proyecto Cedar”, creado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York en diciembre de 2022, para pasar de la teoría a la práctica, y darle vida a la ansiada moneda digital del Banco Central (CBDC), producto del sueño de globalistas y propulsores de la nueva economía dentro del marco de la agenda 2030.
De hecho, EE.UU. no es el único país con viento en popa en esta nueva visión de intercambio monetario que eliminaría el papel moneda. China es uno de esos países con adelantos significativos en las pruebas de su yuan digital.
Según el sitio web Atlantic Council, actualmente los bancos centrales de sobre 100 países se encuentran en estudio o desarrollo de monedas digitales incluyendo: Canada, Reino Unido, Noruega, Francia e Italia.
Algunos, como: Rusia, Suecia y Arabia Saudita, además de China, ya han lanzado al mercado pruebas piloto.

En su primera etapa, el CBDC estadounidense se presenta como una herramienta útil para pagos internacionales, limitados (por el momento) a transacciones entre bancos y corporaciones. Aunque ya han puesto a prueba lo que llaman una “versión minorista” de ese tipo de criptomoneda federal basada en el concepto “blockchain” que dio vida de manera exitosa al Bitcoin.
Esa prueba que forma parte del denominado “Proyecto Hamilton”, fue coordinada hace cerca de un año por la Reserva Federal de Boston, en colaboración con la Iniciativa de Moneda Digital del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
La Casa Blanca ha presentado la iniciativa del CBDC, como una herramienta útil, necesaria y de avanzada para dizque los derechos humanos, así como para la “inclusión financiera y la equidad”, además de aportar a su cruzada contra el cambio climático y la contaminación.
Según Biden, el criptodólar estadounidense brindará una mayor estabilidad financiera y será punta de lanza en programas para la prevención del crimen.
Sin embargo, ya hay sectores creíbles que se oponen tenazmente a lo que parece ser inevitable, alegando que todo este movimiento no tiene otro propósito más allá de una agenda de control social y financiera de los ciudadanos estadounidenses, como parte de una visión de un neocapitalismo socialista.
Estas voces, entre las que se encuentran reconocidos analistas financieros, banqueros, inversionistas, industriales, comerciantes, inclusive abogados y activistas de los derechos civiles, aseguran que el CBDC le brindará un poder ilimitado al estado y su banco central sobre el individuo; promoviendo más el gasto que el ahorro; accediendo a información y métodos de control financiero nunca antes visto, incluyendo el poner contrapisas a productos y servicios que los ciudadanos no podrían adquirir libremente; esto además de crear un tracto transaccional de vida en cuanto a gustos, preferencias, ideología política, credo religioso y toda suerte de interioridades personales, que el papel moneda protege, en un viaje sin retorno a un nuevo mundo absolutamente controlado.
Ahora, con todos las piezas del rompecabezas montadas sobre la mesa, solo queda un espacio sin llenar: la determinación del Departamento de Justicia, en torno a si es o no necesario que el CBDC sea sometido a un proceso legislativo congresional. Algo que los propulsores del criptodolar intentan evitar, amparándose en las facultades del poder ejecutivo y sus organismos financieros, y alegan que la Ley de la Reserva Federal de 1913 faculta a este organismo a poner en vigor la emisión y circulación de moneda y otros instrumentos análogos financieros.

El autor es periodista acreditado por el Departamento de Estado de Puerto Rico                Miembro de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO)
Miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ) Washington DC