Alarma en la población por

proliferación de alumbrado azul

Investigación revela serio riesgo a ciudadanía

Por: José Santiago Gabrielini

Periodista

miércoles 23 de noviembre de 2022

Mucha ha sido la alarma que ha provocado entre la ciudadanía la aparición de postes del alumbrado eléctrico con luces de color azul en diversos municipios como: Vega Alta, Morovis, Aguas Buenas, Carolina, Bayamón, entre otros.
Hemos hecho esfuerzos para contactar al gobierno buscando explicaciones y al momento aún no responden.
La luz LED es conocida como “luz azul”, porque posee sobre un 35% de este espectro o largo de onda, no importa si usted la percibe blanca.
La luz que observamos en forma de colores es lo que llamamos espectro visible. El espectro de luz visible abarca radiación electromagnética con longitudes de onda que van desde los 380 nanómetros (nm) a los 770 nm.
El alumbrado a base de “luz azul” LED en carreteras y zonas urbanas ha proliferado en los últimos veinte años.
Sin embargo, una cosa es la “luz azul” LED, y otra cuando se le quitan las comillas y tenemos literalmente un alumbrado LED color azul o púrpura.
Países como Escocia y Japón, han estado incorporando en sus redes de alumbrado eléctrico la luz LED literalmente azul, desde hace largos años. En Canada y Estados Unidos abunda este tipo de alumbrado.
Ya en 2008, periódicos como el Seattle Times reseñaban esta tendencia y explicaban que la razón principal para su uso es haber observado una alegada disminución en los crímenes, suicidios y un comportamiento más relajado por parte de los conductores en zonas con esta iluminación.
Una explicación ampliamente difundida para justificar la existencia de este alumbrado, es que esta luz, azul o púrpura, se produce como resultado de un defecto de manufactura que hace que con el tiempo la luz LED blanca transicione indeseadamente a un azul intenso o púrpura.
En una entrevista en marzo de 2022, Ian Satter, vocero del Departamento de Transporte de Florida, estado en donde ha proliferado este tipo de alumbrado, expresó: “Es un defecto del fabricante y está causando que las luces tengan una apariencia de un tono púrpura o azul”, indicó Satter, quien explicó que el filtro de estos focos LED está roto, lo cual provoca el cambio de color.
El Departamento de Energía de Estados Unidos endosa la iniciativa del alumbrado con luz azul LED, debido a su alcance visual y el ahorro energético, no empece a que en 2016, el Boston Globe hizo referencia a la preocupación por la implantación de este tipo de iluminación en ciudades estadounidenses y mencionó un comunicado emitido por la Asociación Médica Americana (AMA), instando a las comunidades a no instalar LED brillantes con altos niveles de luz azul, advirtiendo efectos como reducción del tiempo de sueño y sueño de baja calidad, debido a la alteración en los niveles de melatonina, e incluso inducía a la ingesta excesiva de alimentos, produciendo problemas de obesidad.
AMA advertía sobre el peligro que representa para los conductores: “La incomodidad y la discapacidad de la iluminación LED intensa y rica en azul pueden disminuir la agudeza visual y la seguridad, algo que genera preocupaciones y crea un peligro en la carretera”.
También señalaba el efecto adverso en la vida silvestre, creando desorientación y cambios en sus ciclos alimentarios y reproductivos de los animales.
Naturalmente, mientras mayor sea la intensidad de la luz azul, mayor el efecto nocivo.

Opinión de científicos a nivel local:
Le consultamos al doctor en bioquímica nutricional y catedrático de la Universidad de Puerto Rico, Dr. Michael González y éste nos indicó: “Cuanto más larga es la onda, menos energía transmite. La luz azul tiene ondas muy cortas y de alta energía. Los científicos creen que la exposición nocturna a la luz azul altera el ritmo circadiano o el ciclo de sueño/vigilia. Esto podría conducir a síntomas de depresión. Esto se debe a que su ritmo circadiano juega un papel en varios procesos cerebrales y de comportamiento, como la neurotransmisión y la secreción de hormonas”, indicó González.
También le consultamos a la Dra. Mariela Torres Del Valle, kinesióloga y nos brindó su opinión al respecto: “La luz de onda azul que están poniendo en algunos postes en diferentes partes de Puerto Rico como, Bayamón, Carolina, Vega Alta y Morovis es un peligro… Puede ocasionar trastornos de sueño, insomnio, disminución de defensas naturales, aumenta el riesgo de diferentes tipos de cáncer como el colorrectal, daño celular biológico, fototoxicidad de retina, por lo que pudiera producir ceguera, obesidad, daños en la piel por estrés oxidativo causando envejecimiento y una mayor pigmentación… La luz azul nocturna especialmente la luz de espectro azul puede disminuir la producción y secreción de melatonina, en función de la intensidad y longitud de onda… Al disminuir la melatonina se está en   vigilia. lo que altera los ciclos circadianos y no se restablecen las funciones fisiopsicológicas. Entonces no se regulan los ciclos diarios de nuestra actividad sistémica”, expresó Torres Del Valle.

Algunas teorías bajo estudio:
Según algunas investigaciones, la onda corta de la luz azul afecta el cerebro produciendo olvido y pérdida de memoria.
Una teoría apunta a que la suma del efecto de la onda corta de la luz azul en el cerebro y la onda telefónica celular de banda ancha del 5G, pudiera ser catastrófica.
De otro lado, no han faltado las teorías en torno a que la instalación del alumbrado público con luz azul de espectro visible y alta intensidad, forma parte de una agenda por parte del gobierno o lo que se conoce como el “Estado profundo”, para ejercer control sobre el comportamiento humano, el cual pudiera ser alterado por el contenido metálico y magnético de las vacunas y los campos electromagnéticos de las antenas 5G. Algo de lo cual no hemos encontrado evidencia.
Sin embargo, de lo que sí hemos encontrado evidencia, es sobre el hecho de que uno de los componentes, que según fuentes y estudios alegan que están incluidos en la suspensión acuosa de las vacunas contra el Covid-19, produce luz azul. Nos referimos al grafeno, un superconductor utilizado científicamente en nanotecnología, el cual es altamente reactivo a los campos electromagnéticos, y que según un estudio publicado en Science Direct produce luz azul convertible a luz blanca.
El óxido de grafeno actualmente es objeto de estudio y experimentación para la detección y tratamiento del cáncer mediante radioterapia combinada de imágenes nucleares y terapia fototérmica.
Más allá de la industria de la nanotecnología, el grafeno está presente en muchos productos de iluminación o electrónica, debido a su fortaleza, conducción y capacidad para transmitir y recibir señales.
¿Buscan entonces producir una saturación lumínica azul interna y externa en el organismo?¿En efecto interactúan los campos lumínicos radioactivos con los electromagnéticos producidos por miles de antenas 3G, 4G y 5G?¿Es posible transformar al cuerpo humano en un receptor capaz de procesar neurológicamente señales electromagnéticas que afecten sus funciones sistémicas y de comportamiento?¿Teorías conspirativas o preguntas válidas?
Como dato curioso, cada vez son más las personas que resultan positivo a grafeno en sus cuerpos, incluyendo personas no vacunadas. Es decir, que este superconductor está entrando al organismo mediante diversos mecanismos. Uno de ellos es a través de la ingesta de agua y alimentos contaminados. Algo que explican médicos y científicos en diversas entrevistas y estudios realizados alrededor del mundo.

 

 

Primer reporte de alegado daño por luz azul en Puerto Rico:
Nos llama la atención las declaraciones de la joven, Evelyn Quiñones, residente del municipio de Carolina, quien se expuso a esta luz azul y alega haber recibido un daño con diagnóstico de intoxicación radioactiva.
Quiñones expresó en entrevista para NUEVAISLA.com: “Siento que me quemo por dentro y por fuera, siempre me paso en el baño orinando, con diarrea, dolor en el pecho, dolor de cabeza, se me baja la oxigenación, se me sube y se baja, es como un “yo-yo”, uno se siente horrible”, expresó la mujer narrando lo sucedido tras exponerse a este tipo de luz en el alumbrado público.
Accede aquí la entrevista completa

Lo que no puede ser pasado por alto:
Se sabe que la exposición a este tipo de luz azul intensa, puede producir daño celular por radiación, igual que sucede con la ultravioleta, en mayor o menor proporción, de acuerdo a la duración e intensidad de la misma.
Un estudio publicado en Science Direct advierte: “La irradiación con luz azul de hasta hasta 426 nm de longitud de onda a altas frecuencias es tóxica para las células endoteliales y los queratinocitos”.
Por todo lo anteriormente expuesto en este reportaje, podemos concluir que este tipo de luz azul para fines de alumbrado público, no tiene ningún beneficio para el ser humano, y por ende para la sociedad, sino todo lo contrario. Es altamente tóxico e inclusive puede tener consecuencias graves. En todo caso, regresamos a la premisa de que los riesgos exceden por mucho cualquier “beneficio”.
El gobierno de Puerto Rico tiene mucho que explicar y más que eso, retirar de forma inmediata estas luces azules de nuestras carreteras y comunidades.

El autor es periodista acreditado por el Departamento de Estado de Puerto Rico                                Miembro de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO)
Miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ), Wa.DC