Asombra demanda federal
a médico por promover
vitamina D contra el Covid 19

Por: José Santiago Gabrielini
Periodista
miércoles 16 de noviembre de 2022
Siguiendo lo que a todas luces es una agresiva estrategia contra la llamada “desinformación” que se aparta del reducto de las vacunas y tratamientos monoclonales como única opción para el tratamiento del Covid-19, un médico quiropráctico de St.Louis, Missouri fue demandado por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) enfrenta nada menos que $500,000 millones en penalidades por promover la vitamina D3 y el zinc como una alternativa de tratamiento contra dicha enfermedad.
Se trata del Dr. Eric Nepute, de 41 años, quiropráctico licenciado, propietario del Nepute Wellness Center en St. Louis y dueño de la empresa Quickwork y la marca Wellness Warrior.
La empresa vendió en línea cantidades asombrosas de frascos de ambas vitaminas, promoviéndolas abiertamente como una alternativa de tratamiento contra el Covid-19, algo proscrito bajo una reciente ley federal aprobada y puesta en vigor en enero del pasado año y que persigue sacar de circulación a todo aquel que “desinforme” sobre alternativas de tratamiento y prevención contra esta enfermedad, que no sean aquellas aprobadas por el Gobierno.
La ley permite que la agencia solicite sanciones monetarias por infracciones cometidas por primera vez, algo que no era viable bajo las regulaciones de la FTC.
A este doctor no se le conocía violaciones previas de ley y se convirtió en el primer acusado bajo el nuevo estatuto.
Aunque la demanda se remonta a abril del 2021, ha tomado relevancia el absurdo monto de las penalidades a las que se expone Nepute, por promover un producto vitamínico, que en efecto, y según la medicina y la ciencia, tiene la facultad de reforzar el sistema inmunológico.
Al médico y su empresa no se le acusa de promover un producto no autorizado, para el cual alegadamente poseen los permisos, sino por estar “vendiendo sus productos mediante la difusión de información, explotando los temores en una pandemia y presentando un riesgo significativo para la salud y la seguridad pública”, reza la demanda.

Como dato curioso, generalmente los frascos del suplemento vitamínico Omega 3, por dar un ejemplo, exponen en su etiqueta que pueden ser “una fuente útil para la salud del corazón”, pero no hay manera de mencionar la utilidad de la vitamina D3, el Zinc e inclusive la vitamina C en asociación alguna con la palabra Covid-19.
La vitamina D ha sido ampliamente promovida por los propios Centros para la Prevención (CDC) y la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH) como una que “juega un papel importante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario”.
El propio Dr. Anthony Fauci ha recomendado la suplementación con vitamina D dentro del marco de la pandemia: “Si tienes deficiencia de vitamina D, eso tiene un impacto en tu susceptibilidad a las infecciones. Por lo tanto, no me importaría recomendarla, y lo hago yo mismo tomando suplementos de vitamina D”, expresó Fauci.
Un estudio producido por la Universidad de Chicago produjo resultados que apuntaban a que la vitamina D podía representar un elemento importante en la lucha contra el Covid-19.
“La vitamina D es importante para la función del sistema inmunitario y se ha demostrado previamente que los suplementos de vitamina D reducen el riesgo de infecciones virales del tracto respiratorio. Nuestro análisis estadístico sugiere que esto puede ser cierto para la infección por COVID-19”, expresó el Dr. David Meltzer, jefe de medicina hospitalaria de la Escuela de Medicnia de la Universidad de Chicago y autor principal del estudio.
Así las cosas, se puede observar una contraposición científica y una intención clara de amedrentar a la clase médica para que no exprese y promueva lo que por convicción, estudios y experiencia reconocen como efectivo para el tratamiento de enfermedades que afectan el sistema inmunitario, entre ellas el Covid-19.
El Covid-19 se convirtió en la manzana prohibida de la ciencia y la sociedad, con tratamientos básicos, reconocidos por décadas, que ahora son proscritos.
El autor es periodista acreditado por el Departamento de Estado de Puerto Rico Miembro de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO)
Miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ) Washington DC