Boricuas rechazan continuar

con más dosis de refuerzo

Un 67% no se ha puesto la bivalente

Por: José Santiago Gabrielini

Periodista

lunes 17 de octubre de 2022

Al parecer los puertorriqueños han dejado de confiar en la alegada protección contra el Covid-19 que supuestamente brindan las nuevas vacunas de la versión “bivalente” contra la cepa original del coronavirus y las subvariantes de Ómicron dominantes BA.4 y BA.5 , no empece al recalcitrante discurso del Gobierno y los medios rentados para promover las mismas.
Al cierre de esta edición y según los datos provistos por el Departamento de Salud (DE), solo un 33.03% de la población apta para vacunarse tiene sus “vacunas al día”.
Es decir, que sobre 2.1 millones de personas elegibles para vacunarse en Puerto Rico, no se han puesto los “milagrosos” refuerzos de “emergencia” aprobados por la FDA, refuerzos aprobados sin estos haber sido probados en seres humanos.
Razón por la cual el propio asesor de la FDA, el Dr. Oliver Brooks expresó: “Realmente lidiamos con una vacuna que no tiene datos clínicos que se hayan informado para humanos”.
Y es que la promesa de inmunidad o protección de la que tanto habla el secretario de Salud, Dr. Carlos Mellado, y las oficiales Dra. Melisa Marzán e Iris Cardona, en sus campañas y programas televisivos, no se sostiene en un historial de datos profundos, sencillamente porque estas vacunas son productos experimentales.

Tal vez por esta razón el Dr. Paul Offit, miembro del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA, expresó en septiembre de 2022 en una entrevista con CNN, que no está convencido de que estas inyecciones brinden ningún beneficio y señaló: “Cuando le pides a la gente que se vacune, creo que tiene que haber evidencia clara de beneficio”, indicó Offit.
De hecho, estos refuerzos están siendo un fiasco en EE.UU, donde al cierre de esta edición solo 14.8 millones de personas se han inyectado la “bivalente”, según datos de los CDC.
Es decir, que solo un 6.5% de las personas elegibles para vacunarse en EE.UU., han recibido estos refuerzos, no empece al insistente llamado a dosificarse por parte de la Casa Blanca.
Sabemos que estos números van a cambiar con las campañas de miedo de invierno, sin embargo la proyección de las autoridades parece apuntar a una clara ralentización en la vacunación, producto de la fatiga, la duda y una clara idea de que el Covid-19 no es tan mortal como se pintaba ni las vacunas tan efectivas como para ocupar un carácter de urgencia, todo esto en las postrimerías de una pandemia, cuyo fin de la  “emergencia” fue pautado por la Casa Blanca para enero de 2023.
En el caso de Puerto Rico, una de las jurisdicciones más vacunadas de EE.UU. y el mundo, en donde sobre el 90% de la población elegible tiene al menos una dosis de estas “vacunas”, los boricuas al parecer han comenzado a colocar sus oídos en tierra y a escuchar con reservas las historias verídicas de reacciones adversas graves a mediano y largo plazo, producidas por esta sustancia, así como a médicos y científicos que se están pronunciando en contra de este tratamiento genético.
Esto además de darse cuenta de que algo no anda bien, cuando los llevan de la mano con un discurso amañado e indefinido, de una vacunación de dosis interminables, contra una enfermedad con menos de un 1% de mortalidad.

El autor es periodista acreditado por el Departamento de Estado de Puerto Rico                                            Miembro de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO)
Miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ), Washington DC