Continúa la amenaza
transgénero en eventos
deportivos de mujeres
Con protección de los tribunales


lunes 24 de julio de 2023
Si bien es cierto que una mujer biológica, con un buen entrenamiento, es capaz de superar físicamente en trabajos, habilidades, destrezas e inclusive, en el ámbito competitivo, a muchos hombres; igualmente es cierto que la estructura ósea, musculatura y otros aspectos fisiológicos de los hombres biológicos, es bajo condiciones normales y naturales, superior a la de la inmensa mayoría de las mujeres.
No hay que ser científico o experto en anatomía para llegar a esa conclusión.
Por eso los deportes han creado las categorías masculina y femenina, para crear un balance justo en términos competitivos.
Un balance diseñado para darle sentido a la competencia sin elementos desiguales, no fue creado para segregar ni violar derechos.
Hablamos de un balance competitivo que funcionó hasta que la ley, el derecho y los transgéneros se entremezclaron en la ecuación deportiva, en una época de absurdos, amenazando con afectar el balance de las competencias, especialmente femeninas, en todas sus categorías de edades.
Imagínese usted a un Lebron James, percibiéndose mujer, jugando un partido de basket en la WNBA o boxeadores como Canelo o Bivol sobre un ring lanzando combinaciones de golpes contra una mujer.
El problema es que cada vez son más los varones transgéneros compitiendo en eventos deportivos femeninos, sin que se les pueda legalmente prohibir hacerlo y las autoridades deportivas, los políticos y los mismos fanáticos opuestos, temen levantar su voz por miedo a represalias y estereotipos que estratégicamente los encasillen como violadores de derechos, padecimiento de fobias, etc.
Con esta inusual editorialización de esta nota, vamos a lo más reciente en noticias sobre este tema:
El 22 de julio de 2023, la jueza del Tribunal de Distrito federal de Arizona, Jennifer G. Zipps emitió una orden que deja sin efecto de manera temporal la “Ley para salvar los deportes de las mujeres” de 2022, promulgada en el estado de Arizona, hasta que se vea la demanda incoada por los padres de dos adolescentes transgénero de 11 y 15 años, que exigen se les deje participar en competencias femeninas de voleibol, futbol y baloncesto en una escuela de la ciudad de Tucson.

Según Zipps estos niños(as) transgénero que fueron sometidos a tratamiento de hormonas cruzadas, como bloqueadores de la pubertad, “no han pasado por la pubertad masculina”, por lo que no representan diferencia sustancial en el rendimiento deportivo.
Pero al parecer eso no es lo que están experimentando las niñas biológicas en la cancha.
En una entrevista para la agencia The Associated Press, el Superintendente de Instrucción Pública de Arizona, Tom Horne, que es uno de los demandados junto al estado, expresó: “Ha habido muchas noticias sobre niñas que trabajaron duro para sobresalir en sus deportes, pero descubrieron que no podían cuando tenían que competir contra niños biológicos y quedaron devastadas por eso”.
En su orden, la jueza indica que estos niños transgénero sufrirían “daños mentales, físicos y emocionales severos e irreparables si la Ley se aplica a ellos, porque no pueden jugar en equipos deportivos de niños (varones)”.
Zipps asegura que la situación de no permitirle participar a estos varones que se perciben niñas, en competencias contra niñas, sería una experiencia “dolorosa y humillante”.
Con el viento y la marea en contra de las niñas biológicas:
La esperanza de las autoridades estatales de Arizona, de que en una escalada al Tribunal Supremo, este pueda fallar a favor de su ley, luce bastante cuesta arriba, después de que en abril de este año el Supremo federal decidiera que la niña transgénero Becky Pepper-Jackson, de 12 años, podía continuar entrenando y compitiendo contra niñas biológicas en el equipo femenino de atletismo de su escuela en Virginia, otro estado que ha legislado para prohibir la entrada de transexuales a equipos deportivos, produciendo la ley ‘Save Women’s Act’ de 2021.

Más complejo el ámbito olímpico e internacional:
Este tema parece que va a ser candela y continuará ocupando titulares en rojo, en ruta a los próximos Juegos Olímpicos de 2024 en Paris.
Más aún, cuando oficiales y federaciones deportivas parecen presentar oposición a esta nueva tendencia, que conduciría a una reforma deportiva obligada, toda vez que trastocaría marcas (records) históricas vigentes de grandes atletas femeninas.
En ese sentido no hablamos de niños o adolescentes, sino de atletas que son hombres biológicos adultos que se preciben como mujeres, y que sin lugar a dudas harían estragos en las categorías femeninas.
Como antesala de toda esta reforma deportiva y en un intento de comenzar a segmentar o regular la entrada de atletas trans en el ámbito de la competencia internacional, la Unión Ciclista Internacional (UCI) prohibió el 17 de julio de 2023 la participación de atletas transgénero femeninas que hayan hecho su cambio de sexo después de la pubertad y sin haber recibido tratamientos hormonales para limitar su desempeño.
En un comunicado de prensa la UCI expresó: “Teniendo en cuenta las incertidumbres científicas que persisten, es necesario tomar esta medida que persigue proteger la categoría femenina y garantizar la igualdad de oportunidades”.
Aunque la preocupación de la UCI, de alguna manera había sido atendida en 2015, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) cambió sus reglas, permitiendo a los atletas transgénero competir como mujeres si sus niveles de testosterona se encuentran por debajo de cierto umbral, lo cual dio paso a que el(la) levantador(a) de pesas, Laurel Hubbard, se convirtiera en el(la) primer(a) atleta transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos en Tokio 2020.
La participación de Hubbard levantó duras críticas de atletas y expertos deportistas, quienes argumentan que no empece a las métricas de su testosterona, este(a) tiene una ventaja en su desarrollo físico que resulta injusta para muchas competidoras.
En NUEVAISLA.com continuaremos atentos para informar las noticias e incidencias que surjan con relación a este controvertido tema.
El autor es periodista acreditado por el Departamento de Estado de Puerto Rico Miembro de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO)
Miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ), Wa.DC