Instituciones boricuas

reflejo de nuestra sociedad

Nuestro último reportaje investigativo para despedir el año 2022, titulado “Debacle y Corrupción en el Colegio de Médicos”, nos presenta una radiografía del profundo problema, por el cual atraviesan muchas instituciones en Puerto Rico, tocadas por la corrupción rampante que vive el país.
Un comentario de una fuente allegada al Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico (CMCPR), me comentó: “El problema que vive el CMCPR es un reflejo de nuestra sociedad”, un tema del cual he escrito inclusive editoriales, no relacionados al CMCPR, y que no deja de ser pie forzado a la reflexión.
A los que no han leído el reportaje, le invito a que lo hagan, y exploren todas las secciones del mismo, donde descubrirán testimonios y alegaciones de fuentes de entero crédito, con documentos que sustentan los mismos, en donde exponen una alegada maraña de esquemas que involucran el enriquecimiento ilícito, fraude, manipulación de documentos y otros muchos deplorables actos, en su cúpula administrativa.
Más allá del reportaje, uno entre tantos que he escrito, siempre sorprende cómo a sabiendas de lo que le ha sucedido a tanta gente, que les han echado el guante en sus acciones ilícitas, siempre hay individuos, de todo nivel social o educativo, dispuestos a jugársela fría e incurrir en la comisión de éstas.
Y es que nuestra sociedad incuba los comportamientos.
Una sociedad, donde lo material es lo que cuenta; donde el placer es la meta; donde el que ostenta el poder y el protagonismo es admirado, sin importar cómo lo alcanzó; donde ser ganso es sinónimo de ser listo y sagaz; donde el resultado es lo que cuenta, sin importar el método; una sociedad de apariencias costosas y de engaños comprados por los engañados, si estos satisfacen sus oídos y fantasías.
Una sociedad jodida, donde correrse el chance del delito, paga muy bien, y donde todos saben que solo una ínfima minoría será procesada. Una sociedad antisocial de conductas fronterizas y destrezas delictivas aprendidas, dentro del marco del sálvese quien pueda.
Una sociedad que se ha cogido demasiado en serio el que eres inocente, hasta que se demuestre lo contrario. ¿Y dónde queda la moral y los principios?¿Qué moral y qué principios? Soy inocente, hasta que se demuestre lo contrario.
Así están las cosas, y no hay buenas noticias al respecto ni panorama de un futuro mejor, aunque suene feo para aquellos que sustituyen la cruda realidad por un falso optimismo.