El juez federal del Tribunal de Distrito de EE.UU. en Indiana, James Patrick Hanlon, (recuadro superior) bloqueó la aplicación de las disposiciones del proyecto de ley que prohíbe que los médicos o profesionales de la salud proporcionen procedimientos de transición de género que involucren bloqueadores de la pubertad y la terapia hormonal cruzada para menores de 18 años.
Y es que ante la proliferación de las llamadas clínicas transgénero y la creciente ola de niños(as) que comienzan a padecer de disforia, una condición mental provocada cuando su identidad de género difiere del sexo asignado al nacer o de las características físicas relacionadas con el sexo, los estados como Texas e Indiana han comenzado a producir nueva legislación o enmendar leyes en un intento de detener este tipo de terapias en niños.
Una terapia que ha demostrado tener efectos de salud adversos en la adultez.
Los demandantes: Cuatro menores, sus padres y un médico, representados por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), alegaron que la nueva ley violaba no tan solo los derechos constitucionales, sino también la Ley de Medicaid y la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.

Decisión de cal y arena:
Aunque la decisión del juez Hanlon, quien fuera nombrado por el presidente Donald Trump, bloquea la prohibición de estas terapias trans, mantiene en vigor la prohibición de procedimientos quirúrgicos para cambio de sexo o “reasignación de género”.
De hecho, la decisión del juez surge en el mismo marco de tiempo en que comienzan a tomar relevancia y a ocupar primeras planas casos de jóvenes arrepentidos con estos tratamientos y cirugías.
Tal es el caso de la joven Layla Jane, quien demandó en el estado de California al Kaiser Foundation Hospital, a Permanente Medical, así como a la psicóloga Susanne Watson, tras habérsele realizado a los 13 años una mastectomía y extirparle sus dos senos.
La joven alega que tanto ella como sus padres estaban confundidos y médicamente mal asesorados, cuando Jane, influenciada en las redes sociales, alegó percibirse como un niño y Watson, tras una sola sesión en su oficina recomendó iniciar el tratamiento que desembocó en el procedimiento quirúrgico.

Ruta abierta al Supremo:
Esta decisión pudiera abrir la escalada de la controversia al Tribunal Supremo federal, toda vez que en declaraciones a The Hill, el portavoz del fiscal general de Indiana, Todd Rokita, adelantó que el estado defendería tanto sus leyes, como a los niños(as).
El tema propone un férreo choque a nivel nacional entre políticos, juristas, profesionales de la salud y activistas de ambas facciones.
La comunidad LGBTT ha enarbolado la bandera del discrimen, el prejuicio, el derecho constitucional y los logros alcanzados por décadas, y los vincula con estas clínicas que atienden a niños(as) que se perciben contrario a su sexo “asignado al nacer”.
Estos niños(as) trans, cuya capacidad emocional e intelectual está siendo cuestionada por profesionales de la salud mental, alegadamente son beneficiados en su adaptación e integración social mediante estas controvertidas terapias.