Persiste advertencia de
riesgo sobre beneficios
del Seguro Social
Solo lo salva rescate, reinvención o…

Redacción Nueva Isla
lunes 21 de agosto de 2023
¿El cuento del lobo? ¿Cuentos de camino que se resolverán en una acalorada sesión congresional en un futuro?
A continuación un extracto del informe del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRFB) de la segunda semana de agosto de 2023: “A medida que avanza la campaña presidencial de 2024, los candidatos enfrentan presiones para comprometerse a no tocar el Seguro Social. Si bien esta promesa se enmarca como ‘protección de los beneficios’, es, en realidad, un respaldo implícito de un recorte generalizado de beneficios del 23 por ciento en 2033, cuando el fondo de jubilación del Seguro Social se vuelva insolvente. En ese año, los beneficios anuales se reducirían en $17,400 para una pareja típica recién jubilada con doble ingreso… El ganador de las elecciones presidenciales de 2024 se enfrentará a un fondo fiduciario del Seguro Social que se acerca rápidamente a la insolvencia. Los fideicomisarios del programa proyectan que el fondo fiduciario del Seguro de Vejez y Sobrevivientes (OASI) agote sus reservas para 2033, cuando las personas de 57 años de hoy alcancen la edad normal de jubilación y los jubilados más jóvenes de hoy cumplan 72”, señala preocupantemente la publicación del CRFB.
El organismo añade y explica: “En caso de insolvencia, la ley exige que el fondo fiduciario de OASI solo pueda gastar en cantidades iguales a los ingresos del fondo fiduciario entrante, lo que significa que los 70 millones de jubilados, dependientes y sobrevivientes, independientemente de su edad, ingresos o necesidad, verán reducidos sus beneficios. en un 23 por ciento”, reza el documento.
Hablamos de un serio riesgo de insolvencia que solo se resolvería con un rescate o una reinvención del sistema paternalista de seguridad pública estadounidense.
¿O existe alguna otra solución mágica?
Hablemos del ángulo demográfico:
Antes de entrar en este importante detalle es importante señalar que la ecuación matemática puesta sobre la mesa involucra a un gobierno federal cada vez más endeudado, que ya viene de fuertes debates, enmiendas de ley y ligeras “reformas” al SS, que no han logrado detener la amenaza de colapso en ciernes.
Entre ellas las enmiendas de 1983, que incluyeron aumentos en la edad normal de jubilación (NRA) de 65 a 67 años y la introducción de impuestos sobre la renta de los beneficios del Seguro Social, con ingresos acreditados a los fondos fiduciarios.
En otras palabras, este problema y amenaza real no es para nada reciente.
El Boletín del Seguro Social vol. 70 núm. 3 del año 2010, de la autoría del actuario y exjefe de la Administración del Seguro Social, Stephen C. Goss, exponía en su introducción: “Los ajustes a los impuestos o beneficios que compensen los efectos de la tasa de natalidad más baja pueden restaurar la solvencia del programa de Seguridad Social sobre una base sostenible en el futuro previsible”.
En ese informe de hace 13 años, en el cual se ubicaba la fecha límite del colapso en 2037, la agencia se cuestionaba “si el nivel de beneficios previsto en la ley actual debe mantenerse para las generaciones futuras, al precio de mayores impuestos, o si los beneficios programados deben reducirse a niveles asequibles con los impuestos vigentes en la ley”.
Poco más de una década después, la fecha roja se ubica en 2033, cuatro años antes de 2037.
A ese ritmo, a no ser por un factor demográfico radical, que involucre una mayor tasa de defunciones y reducción de beneficiarios, la fecha de 2033 pudiera reducirse a una entre los años 2029 y 2030.