Preocupa a la OMS atraso en

su agenda de control global

Continúa resistencia países miembros

lunes 5 de junio de 2023

El objetivo de establecer un mecanismo de gobernanza sanitaria mundial, mediante el cual el brazo salubrista de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es decir, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pueda emitir decretos de “emergencia” que sean automáticamente adoptados por los 194 estados miembros, continúa en un estado de incertidumbre, debido a la resistencia por parte de un grupo de países que no están dispuestos, al menos en estos momentos, a ceder a la OMS poderes que involucren el alcance de su soberanía. Muy en especial aquellos que tendrían que hacer enmiendas constitucionales a tales efectos o que la figura de los tratados internacionales tengan que ser refrendados por sus legislaturas o parlamentos.
Hablamos del poder de la OMS, al amparo del concepto y consigna de “una sola salud”, para ordenar bajo un estado de emergencia – que ella misma decretaría – encierros, segregaciones, obligatoriedades, limitaciones, exclusiones y sanciones, que automáticamente entrarían en vigor en los países miembros de manera expedita e irreversible.
Inclusive el control de la información es uno de los aspectos que abarcan las enmiendas. Y para controlar la información tendrían que eliminar la fuente de la “desinformación”, la cual vendría a ser toda opinión disidente o evidencia contraria a los lineamientos de la OMS.
La inmensa mayoría de los ciudadanos comunes en las naciones miembros, desconocen que esto esté sucediendo.
Muchos piensan que se trata de cuentos de camino, otra teoría de conspiración, por lo que ni escuchan ni investigan.

Preocupación por el retraso:
Se supone que las enmiendas al Reglamento Internacional de la Salud (RIS), que son en efecto vinculantes para los miembros, hubieran sido aprobadas en la pasada Asamblea Mundial de la Salud de 2022, realizada en Ginebra, según el plan trazado en 2016 y refrendado en 2019.
Pero eso no sucedió, por las mismas razones antes descritas y otras de índole económicas, toda vez que algunos miembros manifestaron su rechazo a la distribución de fondos asignados para el desarrollo de políticas sanitarias y la implementación de objetivos.
En aquella ocasión se pusieron metas que debían ser alcanzadas para la aprobación de las enmiendas al RIS durante la pasada Asamblea Mundial efectuada del 21-30 de mayo de 2023, algo que tampoco sucedió.
De hecho, el director general de la OMS, Tedros Adhanom, hizo un llamado a las naciones miembro para que ” no demoren las reformas para prepararse para la próxima pandemia”.
Sí, porque en el discurso de Adhanom y todos los altos ejecutivos de la OMS, “la próxima pandemia” pareciera estar a la vuelta de la esquina.

El efecto soberanía y el tranque:
Mucho se ha hablado sobre el efecto de las enmiendas al RIS sobre la soberanía de las naciones, y nadie peque de ignorante, en efecto la aprobación de las mismas, tal como se han presentado, tienen el efecto de poner en vigor medidas y determinaciones que afectan la vida y economía de los ciudadanos, sin importar qué opinen los mismos o sus actuales y futuros gobernantes. En otras palabras, hablamos de un efecto de pérdida o cesión parcial de capacidades soberanas sobre aspectos específicos ligados a la salud humana, de los animales y el medio ambiente, dentro de un marco de una alegada amenaza o emergencia, como lo fue la pasada pandemia del COVID-19.
Y si difícil está resultando el que sean aprobadas, mucho más difícil sería abrogarlas bajo algún improbable proceso de enmienda futura.
Para ser miembro de la ONU, primero hay que pasar por un arduo proceso, un cedazo, que puede conllevar décadas, y los miembros vienen obligados a acatar las determinaciones aprobadas en votación en la Asamblea General. Las decisiones adoptadas son vinculantes al amparo del derecho internacional. Los países miembros de la ONU son miembros de la OMS y están obligados a cumplir con las medidas que en la Asamblea Mundial de la Salud sean adoptadas mediante votación.
Demás está mencionar el poder y el rol de Estados Unidos en la ONU y la OMS.
Sin embargo, el RIS ha tenido una fuerte oposición en el Congreso, especialmente, pero no limitada a, el ala republicana, y eso de ceder poder soberano cayó como balde de agua fría en las más altas esferas de poder.
Los congresistas republicanos se lanzaron a preparar un frente para impedir que el presidente Biden firmara un documento que socavara la soberanía constitucional sin el debido proceso de enmienda a la Carta Magna, algo a lo que los abogados de la Casa Blanca le dieron vuelta al señalar la facultad del presidente para firmar acuerdos internacionales sin tener que pasar por trámite legislativo alguno.
Este no es el caso de los tratados internacionales, que son vinculantes, y requieren el consejo y consentimiento de dos terceras partes del Senado para su aprobación. Y aunque el Senado estadounidense es de mayoría demócrata, tendríamos que hablar de una improbable votación en bloque partidista  – dada la naturaleza el tema –  y halar 15 votos republicanos adicionales, algo aún más improbable.
De hecho, muchos de los países miembros y sus respectivos gobernantes, tienen retos, escollos y situaciones políticas que les están produciendo diversos grados de dificultad, no tan solo para aherirse al tratado, sino para allanar el camino para la puesta en vigor de las enmiendas propuestas, de estas ser aprobadas.
De ahí, la preocupación de la OMS y la presión que se está originando dirigiendo su discurso a las gradas políticas en el ámbito internacional, algo que se recoge en las declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien expresó: “Ahora es el momento de que el mundo renueve su compromiso político con el espíritu del RIS y lo consagre en un tratado internacional”.
El borrador de ese tratado, que pudiera terminar siendo degradado a acuerdo internacional, cuyo propósito principal es comprometer y servir de puente o pie forzado para la aprobación de las enmiendas del RIS, fue presentado en la la cuarta reunión del Órgano de Negociación Intergubernamental del 27 de febrero de 2023.
De hecho, ante ese previsible escollo que podían tener las enmiendas al RIS, ya en diciembre de 2021, durante la Asamblea Mundial de la Salud, se estableció el denominado Organismo de Negociación Intergubernamental (INB), para redactar y negociar, bajo la Constitución de la OMS, un acuerdo “para fortalecer la prevención, preparación y respuesta ante pandemias”.
Sin embargo, el “tratado pandémico”, tiene una resistencia similar que en 2022 y es parte de la preocupación de Tedros , la OMS, la poderosa industria farmacéutica y las Alianzas Público-Privadas (APP), como la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otros, que solventan la OMS y se retroalimentan de la OMS.

Preocupan los movimientos detractores:
La OMS ha mostrado más que inquietud, preocupación, por la densa nube de opositores que a nivel mundial se ha avalanzado en su contra, como lo es la prensa alternativa, políticos con oído en tierra, exfuncionarios gubernamentales, exempleados de la ONU y de la propia OMS, expertos en derecho internacional, comunicadores, activistas y ciudadanos, llevando la información correcta, no tan solo sobre la materia que se está cocinando, sino sobre las implicaciones que puede tener de concretarse esta iniciativa y agenda de control global.
Ejemplo de esta erosionante y molesta oposición, fueron las expresiones emitidas en julio de 2021 en un blog de la Revista Europea de Derecho Internacional, por las doctoras Silvia Behrendt, exasesora jurídica de la Secretaría del RIS de la OMS, y Amrei Müller, profesora adjunta del University College de Dublín y especialista en Derecho internacional, quienes expresaron públicamente preocupación por el apuro y la ausencia de debate público y académico, en el plano de lo jurídico, para empujar y aprobar ambos documentos.
“La relación prevista entre ambos instrumentos sigue siendo ambigua. En su forma actual, hay encubrimientos sustantivos en casi todas las áreas reglamentarias, y no está claro por qué la OMS y sus estados miembros están utilizando recursos para negociar dos instrumentos internacionales con un alcance y contenido que se solapan… Los resultados de estos procesos (tratado y enmiendas al RIS) pueden afectar los medios de subsistencia, las vidas, la salud y los derechos humanos de personas en todo el mundo, entre otras cosas, porque, si se aprueban, las enmiendas propuestas otorgarán poderes únicos de ‘emergencia’ a la OMS y, en particular, a su director general”, expresan las expertas.
Por su parte, el Dr. David Bell, médico internista, con un doctorado en salud pública y epidemiología, quien fungió como coordinador de la estrategia de diagnóstico de malaria de la OMS, expresó en febrero de 2023: “Las enmiendas al RIS están destinadas a cambiar fundamentalmente la relación entre las personas, los gobiernos de sus países y la OMS. Sitúan a la OMS como poseedora de derechos superiores a los de los ciudadanos, eliminando los principios básicos desarrollados después de la Segunda Guerra Mundial en materia de derechos humanos y la soberanía de los Estados. Al hacerlo, señalan un retorno a un enfoque colonialista y feudal fundamentalmente diferente al que se han acostumbrado las personas en países relativamente democráticos”.

El momento de la verdad está de frente:
Durante la pasada Asamblea Mundial de 2023, se acordó intensificar las negociaciones para cerrar la brecha de la resistencia a la firma del tratado y las enmiendas al RIS.
LA OMS está decidida a bajar a votación ambos documentos en la 77ma. Asamblea Mundial de la Salud, en mayo de 2024, pero no puede permitirse errores.
El camino está siendo pavimentado y en la pasada asamblea se alcanzó un aumento histórico del presupuesto de la OMS, lo cual a su vez produjo un incremento sustancial en las asignaciones a los países para el “fortalecimiento de la preparación y respuesta frente a emergencias”.
En otras palabras, el dinero no va a ser obstáculo a estas alturas del juego.
El principal escollo continuará siendo los aspectos políticos, jurídicos, procesales y constitucionales, en los respectivos países.
Para los opositores, la mayor preocupación es la manipulación rampante, el desconocimiento y la apatía.
El Dr. Bell lo resumió de la siguiente manera: “La falta de un gran rechazo por parte de los políticos, la falta de preocupación en los medios de comunicación y la consiguiente ignorancia del público en general es, por lo tanto, extraña y alarmante”.

 

El autor es periodista acreditado por el Departamento de Estado de Puerto Rico                                Miembro de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO)
Miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ), Wa.DC