Tensas las calles en China
tras protestas contra
medidas pandémicas

Redacción Nueva Isla
Actualización: Según trascendió el miércoles 30 de noviembre, el gobierno de Xi Jinping no piensa quedarse cruzado de brazos y las autoridades comunistas chinas han comenzado a rastrear a los miles de manifestantes desatando una verdadera cacería de brujas.
Informes de Reuters indican que ciudadanos, muchos de ellos estudiantes, están siendo citados e interrogados por la policía e inclusive se le está solicitando a todos, la presentación de declaraciones escritas. Universidades y patronos colaboran con las autoridades en la persecución de los manifestantes para evitar que se vuelva a repetir.
Una tensa calma se vive en varias ciudades y localidades chinas tras las protestas masivas de los pasados días en contra de las deplorables medidas pandémicas del gobierno comunista de Xi Jinping, a quien decenas de miles de manifestantes en todo el país se han atrevido a pedir la renuncia.
Protestas masivas que recuerdan las realizadas en la Plaza Tiananmen de Beijing en la década de los 80′.
Este martes se podía ver una gran movilización de efectivos militares y de la policía china dando ronda preventiva en parques y avenidas, con órdenes de intervenir con cualquier conato de manifestación, ante la efervescencia popular y los titulares que ha generado el tema en los principales medios del mundo, afectando aún más la erosionada imagen del líder supremo chino.
Encierros masivos, vacunación forzada, pruebas PCR constantes, segregación, discrimen y selectividad, son algunas de las medidas de la “respuesta” del Partido Comunista, en su alegada lucha contra el Covid-19, bajo la política de Jinping de “Cero Covid”. Una política pública que ha llegado al extremo de hasta sellar las puertas de casas y edificios para impedir la salida de sus moradores durante meses, e inclusive han convertido ciudades enteras, con millones de habitantes, en ghettos cerrados con barricadas.
“No mascarillas y sí libertad”, “No pruebas (PCR), queremos libertad”, “Renuncia Xi Jinping”, rezaban los carteles y estribillos, en un país donde el estado puede formular cargos por incitar a la desobediencia y la violencia, lo cual conlleva la pena de muerte.
El Covid y las absurdas políticas coercitivas vistas en todo el mundo y exacerbadas en algunas jurisdicciones, las cuales han producido manifestaciones a nivel global, no tan solo de ciudadanos de a pie, sino de médicos y toda suerte de profesionales, están pasándole factura al gibierno de Jinping.
La gota que derramó la copa de los chinos fue el incendio en un edificio de apartamentos en la localidad de Urumqi, en Xinjiang, donde fallecieron al menos 10 personas, debido a los bloqueos de puertas y que los socorristas no pudieron llegar a la escena a tiempo, debido a las barricadas y los cierres laborales.
Esta semana dio inicio con manifestaciones de solidaridad a las protestas chinas en ciudades de varios países, como: Francia, Inglaterra, Japón, Canada y Australia, entre otros.